LONDRES — El gobierno británico publicó el miércoles una legislación que le permite ignorar parte de la legislación británica sobre derechos humanos para enviar a solicitantes de asilo en un vuelo de ida a Ruanda.
El proyecto de ley forma parte de los planes del gobierno para superar una prohibición impuesta por el Tribunal Supremo del Reino Unido a su política hacia Ruanda. El tribunal dictaminó el mes pasado que el plan era ilegal porque Ruanda no era un país seguro para los refugiados.
Desde entonces, Gran Bretaña y Ruanda firmaron un tratado comprometiéndose a fortalecer la protección de los inmigrantes. El gobierno del Reino Unido dice que esto le permitirá aprobar una ley que declare a Ruanda un destino seguro.
El ministro del Interior, James Cleverly, dijo que el proyecto de ley de seguridad de Ruanda «dejaría absolutamente claro en la legislación del Reino Unido que Ruanda es un país seguro». Instó a los legisladores del Parlamento a aprobar la legislación a pesar de que pueda violar las normas internacionales de derechos humanos.
El gobierno dice que la ley le permitirá «rechazar» secciones de la ley de derechos humanos del Reino Unido cuando se trata de solicitudes de asilo relacionadas con Ruanda.
En la primera página del proyecto de ley, Cleverley afirma que no puede garantizar su cumplimiento con el Convenio Europeo de Derechos Humanos, pero que los legisladores deben aprobarlo de todos modos.
Es probable que el proyecto de ley, que se presentará al Parlamento el jueves, enfrente la resistencia de los legisladores centristas del gobernante Partido Conservador que se oponen a que Gran Bretaña viole sus obligaciones en materia de derechos humanos.
También podría enojar a algunos miembros del ala autoritaria del partido, que quieren que el Reino Unido vaya más allá y abandone por completo el acuerdo de derechos de la UE. Los únicos dos países que se han retirado del acuerdo sobre derechos son Rusia, que fue expulsada tras la invasión de Ucrania, y Bielorrusia.
El plan de Ruanda es fundamental para el objetivo autoimpuesto del gobierno conservador de impedir que solicitantes de asilo no autorizados lleguen en pequeñas embarcaciones a través del Canal de la Mancha.
Gran Bretaña y Ruanda llegaron a un acuerdo en abril de 2022 para enviar a algunos inmigrantes que cruzaban el Canal de la Mancha a Ruanda, donde se procesarán sus solicitudes de asilo y, si se aceptan, se quedarán. El gobierno del Reino Unido dice que las deportaciones disuadirán a otros de realizar la peligrosa travesía marítima y romperán el modelo de negocio de las bandas de tráfico de personas.
Los críticos dicen que enviar inmigrantes a un país a 6.400 kilómetros (4.000 millas) de distancia no es ético ni práctico, ya que no hay posibilidad de que alguna vez se establezcan en el Reino Unido.
Nadie ha sido enviado todavía a Ruanda en virtud del plan, que ha enfrentado múltiples desafíos legales. La nueva ley, si se aprueba, haría más difícil impugnar las órdenes de deportación en los tribunales.
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